¿Nos convertiremos en ciber-sexuales?
La perspectiva sobre los futuros del sexo, ¿cómo disfrutarán de su sexualidad y qué niveles de libertad tienen los treintañeros de ahora respecto a los de antes? ¿Qué impacto tienen hoy en día, y más aún en el futuro, en la búsqueda de una pareja, que pasa cada vez más por el uso de Apps y sitios específicos?
Cuando hablamos del futuro del sexo, nos imaginamos a la señora del detergente envuelta en papel aluminio hablando de la última edición del Kamasutra. Uno lo imagina con robots humanoides, juguetes sexuales súper evolucionados, aplicaciones, láseres, sexo con Siri y Cortana, realidad virtual con celebridades, y cosas de ese estilo. Bueno, esto es hablando de un futuro presente, digo, ¿has visto los últimos modelos de robots sexuales disponibles en los mercados. Incluso, conozco a más de un ser humano que asegura estar enamorado de la voz de Cortana.
Pero hay personas que han traspasado las barreras de lo netamente tecnológico al explorar las posibilidades del futuro sexual de la humanidad. Como Emily Witt, por ejemplo, quien como casi toda nuestra generación supuso que pasado el tren de los 30 tendría una relación estable en la monogamia, una pareja con la que saldría a caminar de la mano junto a sus dos hijos vestidos igual que ellos. Pero al percatarse de que eso no pasaría, más bien, que parecía ir en sentido opuesto, Emily decidió investigar a profundidad el panorama sexual del milenio. Llamando a su libro “Sexo Futuro”, donde no habla de humanoides y juguetes revolucionarios.
El fundamento va así: por un lado, el sexo sigue sin novedad, el amor sin fronteras lo crearon nuestros padres en los 60s, los comienzos de los hípsters llamados ahora amigovios, y otros términos raros de la RAE. Por otro lado, tenemos una gama de opciones que nuestros padres no tuvieron: páginas para citas en línea, portales para encuentros sexuales sin compromiso, aplicaciones, tecnología, estamos sumergidos en cambios demográficos enormes y aumentando nuestra tolerancia hacia nuevos estilos de vida sexual. Así, el futuro sexual que interpreta Emily tiene como base la exploración de nuevas formas de pintar a la familia convencional, de expresarse y de compartir y disfrutar la vida.
Preguntas como estas son respondidas: ¿Y si nunca me enamoro? ¿Viviré con una manada de gatos y regalándole dinero a mis sobrinos en las cenas navideñas? ¿Salir con personas nuevas, esporádicamente y sin compromiso cuenta como alguna identidad sexual, o solo se puede estar soltera o con pareja? ¿Cuáles son mis opciones? ¿Se puede ser ciber-sexual?
Ahora tenemos la opción de conocer a más personas por la web, cosa que no pudieron las generaciones pasadas. Gente con las que nos une un algoritmo. Pero no necesariamente quien utiliza Tinder o alguna otra aplicación lo hace solo por sexo. De hecho, cada día más personas utilizan estas apps para buscar pareja y no solo para sexo casual.
La tecnología está ahí, pero nunca podrá adivinar cómo, dónde o en qué términos terminarás la noche. Y especialmente con quién amanecerás el día siguiente. Pero ahora tienes la posibilidad de descubrirlo.